{A!Textos} Uso correcto de los guiones

El guión es un signo ortográfico que puede emplearse para hacer una acotación en un escrito, unir una palabra compuesta o, por el contrario, separarla en dos o más sílabas; además, por supuesto, de su función básica y quizá la más fundamental a la hora de escribir: indicar los diálogos de los personajes. Sin embargo, y aunque a primera vista parece ser un único signo multiusos, el guión se divide en dos tipos: el corto y el largo.

→Guión corto: es el signo más utilizado en la narración dentro de un párrafo ya sea al momento de realizar una acotación, o de separar una palabra en sílabas para darle el énfasis deseado.



Ejemplo:

Apretó la mandíbula y negó -una vil mentira, pero no era algo nuevo de todas formas-, mientras sus ojos se clavaban en los ajenos.

─No lo hice, jo-der. No lo hice.

→Guión largo: también conocido como raya. Este guión se utiliza para señalar los diálogos y las acciones de los personajes, y únicamente para ello. Con el guión largo es más que suficiente para aclarar que los personajes están hablando, por lo que no se deben poner en cursiva o negrilla las palabras. En una narración este recurso es el que debe utilizarse, no los guiones cortos o las comillas, ya que esos cumplen funciones distintas. El formato script tampoco está permitido ya que es empleado únicamente para las obras de teatro.



Error:

"Vete" susurró con pesadez, regresando la vista a sus papeles. Era más que obvio que el muchacho le mentía, y que no lograría sacarle nada en ese estado; así que iba a esperar. Iba a hablar, tarde o temprano. “Esta noche te quedarás sin cenar.”

-Vete -susurró con pesadez, regresando la vista a sus papeles. Era más que obvio que el muchacho le mentía, y que no lograría sacarle nada en ese estado; así que iba a esperar. Iba a hablar, tarde o temprano-. Esta noche te quedarás sin cenar.

Comandante: Vete (susurró con pesadez, regresando la vista a sus papeles. Era más que obvio que el muchacho le mentía, y que no lograría sacarle nada en ese estado; así que iba a esperar. Iba a hablar, tarde o temprano). Esta noche te quedarás sin cenar.




Modo correcto:

─Vete ─suspiró con pesadez, regresando la vista a sus papeles. Era más que obvio que el muchacho le mentía, y que no lograría sacarle nada en ese estado; así que iba a esperar. Iba a hablar, tarde o temprano─. Esta noche te quedarás sin cenar.

Ahora que conocemos cuál es el elemento que usaremos (guión largo), la siguiente pregunta que nos concierne es cómo lo usaremos.

Si nos fijamos bien en el último ejemplo nos daremos cuenta que el primer guión, que es el que abre el párrafo, está unido a la palabra; sin embargo, hay un espacio que la separa del siguiente guión. De igual forma, pegadito a ese segundo guión se encuentra la narración de las acciones, que son cerradas con un tercer guión, igualmente pegado. Vuelve a haber un espacio, y luego nuevamente un diálogo.

Realmente traté de explicar este uso de la manera más sencilla posible, pero como prefiero asegurarme de que hayan entendido dónde se dejan los espacios y dónde no, dejo un esquema que les permitirá ubicarse más fácilmente:

—Diálogo.
—Diálogo —narración.
—Diálogo —narración—, diálogo.
—Diálogo —narración—. Diálogo.
—¡Diálogo! —narración—. ¿Diálogo?

Entonces, ese esquema tendría que darnos algo como esto al momento de emplearlo en nuestra historia:

—Te amo.
—Pero yo no —respondió, casi al instante.
—Te amo —repitió—, tienes que hacerte responsable.
—Vuelve por donde has venido —torció los labios, dispuesto a ignorarla—. No tenemos más de que hablar.
—¡No seas así! —gritó, con las lágrimas asomándose por sus ojos—. ¿No ves que toda la culpa es tuya?

¡Y eso es todo! Ese es el uso correcto de los guiones, que le permitirá a nuestro escrito quedar muchísimo mejor, y a nosotros y a nuestros lectores mucho más satisfechos con el trabajo.

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