{Super Junior/KyuChul} Margen de error

Autora: Hota-chan
Título: Margen de error
Fandom: Super Junior
Personajes/Pairing: KyuChul (KyuHyun x Heechul), KyuMin implícito.
Género: AU, Angst.
Clasificación: PG-13
Advertencia: angst. No creo que se necesite más advertencia que esa(?).
Resumen: para KyuHyun nunca existió el margen de error.
Disclaimer: por desgracia Super Junior no me pertenece, porque de ser así las cosas serían diferentes. Son propiedad de la SM sí mismos y hago esto sin fines de lucro.
N/A: esto es para Bloom, la única persona por la que podría adentrarme en los pasajes oscuros de parejas tan crack, porque aunque me gusta el crack, para todo hay límites(?). Te amo esposita mental, y espero que te guste aunque el relato gire en torno a mariposas.<3

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Su comportamiento extraño difícilmente saltaba a la vista. Si no se era una persona muy observadora no se podría haber notado, porque a pesar de todo era alguien muy inteligente, egoísta y retraído; tan meticuloso que ni siquiera dejaba a la imaginación los más pequeños detalles. Sin embargo, nada ni nadie se escapaba de la mirada aguda y siempre crítica de él, Kim Heechul.

Así que lo descubrió con el pasar del tiempo.

La primera pista que obtuvo fueron las largas horas mirando al vacío a través de su ventana abierta, con los brazos apoyados en el alféizar, inmóvil, como esperando. En ocasiones se quedaba la tarde entera en esa posición y otras, cuando llovía, la cerraba suspirando y se iba directo a la cama hasta el día siguiente. Sucedía únicamente sábados y domingos. Pero no terminaba ahí. Miércoles y jueves se encerraba en el estudio a observar las mariposas disecadas y a repasar los gruesos volúmenes de información sobre cada una, hechos a mano, con una caligrafía impecable y preciosa. El resto de días no tenía una manía particularmente extraña, o eso creyó el más viejo hasta que le preguntó, tras finalizar la segunda ronda de su sexo monótono y vacío de la semana, cuántas mariposas contaba al día.

Heechul debe reconocer, por mucho que le duela, que nunca supo contestar a esa pregunta pese a vivir con él. Pero la respuesta que él le dio jamás la olvidó. Especialmente cuando se dio cuenta que cada extraño comportamiento estaba ligado, tejido como la red de una araña, y KyuHyun daba vueltas y vueltas en ella sin poder escapar del depredador. Pero el verdadero trasfondo lo entendió esa vez que se encontró al castaño sosteniendo un frasco con una mariposa Ulises dentro. La admiraba con dulzura inhumana y mantenía el contenedor cristalino aferrado a su pecho con sus brazos como tenazas. Le hablaba con cariño, con cuidado, mejor de lo que alguna vez le había hablado a él cuando se enterraba jadeante y tan profundo en sus entrañas, como una bestia incapaz de sentir cariño. Se mantuvo así cuatro horas antes de liberarla.

Lo último que gritó a través de la ventana, mientras el azul de las alas que revoloteaban se perdía en la inmensidad del cielo, fue que lo amaba.

Resultó que su extraña manía con las mariposas era un ritual, largo y preciso, en que él se levantaba cada día a contar las mariposas que se cruzaban en su camino como si fueran besos depositados en una cabeza amada; repasaba las taxonomías como si pescara recuerdos en un álbum fotográfico y se sentaba cada fin de semana a esperar a su amado por la ventana, que, según el pensamiento de KyuHyun, venía en forma de mariposa Ulises. Entonces se enfrascaba en una larga charla con el insecto, que pasaba a llamarse SungMin, siempre SungMin, sobre cosas vanas como el precio de los tomates y otras de calibre más fuerte, como el hecho de que lo amaba un montón y de que extrañaba hacerle el amor y sentir su cabello húmedo cuando lo ayudaba con sus investigaciones bajo la lluvia.

Pero a él no le importaba sentir que tenía la mitad loca y violenta de lo que alguna vez fue un hombre, que además pertenecía a un espectro de nombre SungMin. Aun si tuviera que contentarse con la calidez de sentir que eran uno por el mísero segundo que duraba el orgasmo, Kim Heechul podía vivir con eso. Porque cuando amaba, lo hacía en serio.

Y KyuHyun parecía ser igual.

Por eso no le sorprendió encontrarlo muerto cuando llegó del trabajo a las tantas de la madrugada. Colgaba del techo del estudio, sobre las mariposas disecadas, y los volúmenes parecían haberle servido de escalera. El mayor sabía que eso había sido siempre parte del plan, pues su verdadero propósito era encontrarse con SungMin, reencarnando en una mariposa igual que él.

Heechul piensa que no lo consiguió, aun si para KyuHyun nunca existió el margen de error.

Me haces sentir como una mala influencias. Me alagas ♥.

ODIO las mariposas, insectos satánicos, pero AMO este drabble y por derecho le dejo la marca de agua con mi perfecto nombre real y mi aún más perfecto nick<3, también te amo encantadora esposita mental<3 'tú y yo forevah'; sin embargo lo más perfecto de todo el escrito es la "patología mental" de KyuHyun, ese rasgo enfermizo y HeeChul tan encantadoramente resignado porque para mí este 'crack' en particular solo me inspira este tipo de situaciones, tan únicas o llenas de sentimiento en sí mismas.

Ciertamente KyuHyun estás enfermo por suicidarte por una mariposa(?), esto me recuerda a una película de mi infancia, me trae ciertas imágenes relacionadas con reencarnaciones y mariposas; HeeChul, corazón, la próxima puedes buscarte un amante de los perros ¡O de los gatos! Sin embargo quitando mi notoria discrepancia por esos seres, aquello fue toda una relación insana digna de unas letras más. Eso sí, un escrito corto sobre 'esto', me llega, toca feeling esa última línea por sobre todo.

Podrías darme más KyuChul de vez en cuando ¿no? Una vez en el lado oscuro, nunca podrás abandonarlo(?).

No sé cómo empezar este escrito. Lo sé, ahora rodarás los ojos, porque parece que en realidad, así siempre lo empiezo. Con no saber cómo empezarlo.

Pero déjame describirte brevemente cómo estoy: acostada, de lado, porque la compu calienta mi regazo y hace que me duela el cuello (y porque ya lo hice y toca variar de posición), con la sonrisa aplastada en la cara. Una sonrisa que empezó con un suspiro.

¡Vaya que los gestos varían en el ser humano! ¿Cómo un suspiro puede terminar en sonrisa, una sonrisa en lágrima y así seguir hasta dormirse o despertarse o seguir soñando? Misterios.

Pero entonces, te decía que estaba sonriendo. Con una sonrisa que es el cuerpo inerte de un suspiro. Y suspiré ahí, justo, cuando te enfrascas en hablar de frascos y de mariposas Ulises, y de alas azules que se alejan y de sueños rotos que se quedan. Esperanzas perdidas. Escondidas entre los remolinos de la sábana.

Y Heechul. No lo pudiste pintar mejor.

Y el amor del KyuMin también, aunque encuentro perturbadoramente atrayente el que pienses en reencarnaciones, en espíritus que no terminan de alejarse cuando el cuerpo ya dejó de respirar.

Y desde ésa línea, desde el dibujo mental de aquella habitación, donde Kyuhyun se pierde en su pequeño remedo de paraíso, supe que era un KyuMin. Lo vi, en la delicadeza de las alas mariposas.

¡Gracias! Ninguno de estos son mi fandom (?) pero amo el amor de esos que te dejan la esperanza de que sea para siempre :3